
Almendra, azúcar, canela y limón. Con estos cuatro ingredientes se elabora el turrón a la piedra, uno de los dulces navideños más exquisitos y desconocidos al mismo tiempo. Antiguamente, de hecho, su producción apenas salía de Alicante, pues era el elegido por los maestros turroneros para llevárselo a casa. Su tierna textura y el suave aroma a canela y limón lo hacen inconfundible.
¿Qué es el turrón a la piedra?
La suavidad de este turrón no tiene nada que ver con la rudeza de su nombre. Este deriva del método utilizado originalmente para su fabricación. Por entonces, unas enormes piedras de molino eran las encargadas de triturar la almendra hasta convertirla en una crema delicada y sedosa.
Aunque por su aspecto podamos confundirlo con un turrón de Jijona, lo cierto es que no son iguales. A diferencia del turrón blando, el turrón a la piedra no cuenta con la miel entre sus ingredientes. Por otro lado, la almendra suele molerse más finamente, sin olvidar que la canela y el limón le aportan carácter propio.
Obviamente, aunque su nombre se ha conservado, los procesos de producción actuales se han simplificado. Lo que no ha variado es su delicado aroma a canela y a limón, junto con una textura particularmente fina y suave en boca.
Turrón a la piedra, receta casera
Hacer turrón a la piedra casero es muy sencillo. Como ni tú ni yo tenemos piedras de molienda en casa, lo que vamos a utilizar es un robot de cocina que nos permita triturar la almendra hasta dejarla bien fina. Puedes hacer turrón a la piedra con Thermomix o con cualquier otro robot que sea potente.
Otra de las claves para que este turrón casero quede rico, tostar la almendra en su punto justo, ni mucho ni poco. Te recomiendo que escojas una almendra de calidad. La más utilizada en la fabricación de turrones suele ser la Marcona.
Seguro que ya tienes curiosidad de saber cómo hacer turrón a la piedra casero, así que ahora mismo te lo explico paso a paso.
Ingredientes para hacer turrón a la piedra
- 250 g de almendra Marcona
- 220 g de azúcar
- 2 cucharaditas de canela
- ralladura de 1 limón

Cómo hacer turrón a la piedra
Preparar el molde
- Para trabajar de manera más cómoda, te recomiendo que comiences preparando el molde en el que guardarás el turrón. Para ello coloca un trozo de papel de cocina en el fondo.
- Después, corta dos tiras de papel de horno y colócalas en cruz. Las tiras deben ser lo suficientemente largas como para envolver el turrón con ellas una vez esté colocado en el molde.
- Puedes utilizar un molde de silicona especial para turrones o una cajita de madera. Si no tienes ninguno de los dos utensilios, puedes emplear otro tipo de recipiente cuadrado.

Hacer el turrón a la piedra
- Extiende las almendras en la bandeja del horno. No es necesario que engrases la placa ni le coloques papel.
- Con el horno precalentado a 160 ºC y tuesta las almendras durante unos 12 o 15 minutos. Sabrás que están tostadas cuando presenten un ligero color dorado. Ten cuidado y vigila que no se quemen, pues quedarían amargas.
- Lava cuidadosamente el limón y retira la parte amarilla de su piel. Procura no llevarte nada de parte blanca, pues amarga. Puedes usar un cuchillo o directamente el rallador.
- Tritura el azúcar, la canela y el limón hasta que queden reducidos a polvo. Es importante triturar bien el azúcar para que no notemos su textura al comer el turrón. Si no tienes un robot de cocina potente, te recomiendo que directamente utilices azúcar glas industrial.
- Añade las almendras al robot de cocina y tritura todos los ingredientes durante unos segundos, hasta que veas que todo está perfectamente molido.
- Ahora viene la parte más importante de la receta del turrón a la piedra. Sigue triturando todos los ingredientes hasta que observes que la mezcla cambia de textura y se asemeja a la arena mojada. Ese es el momento en el que la almendra comienza a soltar su aceite, el cual permite amalgamar todos los ingredientes para convertirlos en una pasta de turrón. No tritures en exceso la mezcla porque la almendra podría soltar demasiado aceite y hacer que el turrón quede excesivamente blando. En cuando veas que el turrón adquiere esa consistencia húmeda y ligeramente aceitosa, para el robot de cocina.
- Con ayuda de una cuchara, llena el molde que habías forrado y extiende bien la mezcla.
- Deja caer el molde 2 o 3 veces sobre la encimera para que el turrón se asiente.
- Espolvorea un poco de canela por la superficie del turrón a la piedra y envuélvelo con el papel.
- Lleva a la nevera el turrón y coloca encima un peso. Un cartón de leche puede valer. Déjalo reposando un par de días. Durante este tiempo la almendra irá soltando su aceite y el turrón se irá compactando poco a poco. Pasado ese tiempo, ya tendremos un delicioso turrón casero.






Cómo conservar el turrón de almendra casero
Este turrón te dura en buenas condiciones unos 10 días. Aunque el azúcar es un conservante natural, al no llevar ningún aditivo artificial no dura tanto como un turrón a la piedra que puedas comprar. Además, con el paso del tiempo, la almendra se puede poner rancia, lo que echaría a perder el turrón.
Preferiblemente, guárdalo en algún recipiente metálico o de cristal. Evita conservarlo en papel o cartón, porque la almendra irá soltando aceite y se manchará todo.
En principio no es necesario que lo metas en la nevera; lo puedes dejar a temperatura ambiente. No obstante, si quieres conservarlo durante más tiempo, sí lo metería en la nevera para evitar que la grasa de la almendra se enrancie.