
Esta receta de rosquillas de anís caseras es de lo más tradicional y fácil de hacer. Prepárala y saborea unas deliciosas rosquillas de anís de la abuela, de esas que salen tan esponjosas y que tan buenos recuerdos nos traen a la memoria.
Pese a que se trata de un dulce muy simple, existe gran diversidad de recetas para hacer rosquillas caseras. Unas van al horno, otras fritas, algunas son más secas, otras más blanditas… Vamos, que hay para todos los gustos. En esta receta las rosquillas van fritas en aceite de girasol y el resultado es unas rosquillas de anís esponjosas y muy tiernas.
Al echar un vistazo a los ingredientes verás que la receta lleva tanto anís en grano como licor de anís. Si las van a consumir niños no te preocupes por la presencia de alcohol, ya que este se evapora en la fritura y solo nos deja su aroma. No obstante, si no te convence este sabor, echa un vistazo a mi receta para preparar rosquillas de naranja. Quedan también muy ricas.
Y bien. ¿Te apetece saber cómo hacer rosquillas de anís caseras? Pues ahora mismo te lo cuento.
Ingredientes para hacer rosquillas de anís caseras. Cantidades para 35 - 40 unidades
- 370 g de harina
- 100 g de azúcar blanca
- 100 g de leche entera
- 70 g de aceite de girasol
- 1 huevo
- 30 g de anís (licor)
- 1,5 cucharadas de anís en grano
- 1 sobre de levadura tipo Royal (16 g de polvo de hornear)
- ralladura de 1 limón
- 1 pizca de sal
- — PARA FREÍR Y DECORAR —
- aceite de girasol
- azúcar blanca

Cómo hacer rosquillas de anís esponjosas y fáciles
Prepara la masa de las rosquillas
- Antes de comenzar con la masa echa el anís en grano en un mortero y machácalo ligeramente. Este paso es opcional, pero me gusta hacerlo para que los granitos se noten menos al morder las roquillas.
- Ahora mezcla los ingredientes secos en un recipiente amplio. Es decir, la harina tamizada, la levadura, la sal y los granos de anís.
- Por otro lado vamos a unir los ingredientes húmedos. En otro recipiente bate el huevo junto con el azúcar hasta que esta se disuelva. Incorpora la leche, el aceite, el licor de anís y la ralladura de limón. Mezcla bien.
- Vierte los ingredientes húmedos sobre los secos y ve mezclando hasta que la harina absorba todo el líquido. Puedes hacerlo con la mano o con ayuda de una cuchara.
- Deberás obtener una masa homogénea que se pegue un poco a las manos.
- Tapa la masa y déjala reposar al menos 30 minutos en la nevera.



Da forma las rosquillas y fríelas
- Pasado el tiempo de reposo verás que la masa ha “engordado” un poquito. Estará menos pegajosa y la podrás trabajar con las manos fácilmente. Solo si ves que está muy blanda puedes añadir un poco de harina más.
- Para dar forma a las rosquillas engrásate ligeramente las manos con un poco de aceite. Puedes hacerlas de dos maneras:
- Coge un pedacito de masa y haz una bola. Clava el dedo en el centro y agranda el agujero poco a poco hasta obtener la rosquilla.
- También puedes formarlas haciendo un churrito con la masa y uniéndolo por los bordes.
- Una vez las tengas todas listas, en una sartén o cazo vierte abundante aceite, lo suficiente como para que las rosquillas floten.
- Cuando el aceite esté bien caliente, pero sin llegar a humear, fríe las rosquillas hasta que estén doraditas. Verás que al principio se van al fondo del aceite, pero rápidamente suben a la superficie. Ahí deberás darles la vuelta con ayuda de un tenedor o similar.
- Saca las rosquillas del aceite y déjalas escurrir unos segundos sobre papel de cocina.
- Seguidamente, cuando aún estén calientes, rebózalas con azúcar. Esta se deberá pegar a la superficie de la rosquilla.




Consejos para hacer rosquillas de anís
- Como te decía más arriba, puedes añadir un poco más de harina para hacer la masa manejable, pero sin pasarte. Un exceso de harina provoca que las rosquillas queden secas.
- Procura no trabajar en exceso la masa. Solo necesitas que los ingredientes se unan, no hay que amasar.
- No hagas las rosquillas ni muy grandes ni muy pequeñas. Las mías pesaban, aproximadamente, 20 gramos cada una.
- También es importante que hagas el agujerito del centro bastante grande, ya que al freírlas se hinchan y el agujero puede llegar a cerrarse.
- Para conseguir unas rosquillas de anís jugosas y en su punto es importante controlar la temperatura del aceite. Si está muy caliente se quemarán por fuera y si está frío, quedarán demasiado aceitosas.
- Si quieres puedes aromatizar el aceite de la fritura con una cáscara de naranja o limón. ¿Cómo? Muy fácil. Fríela durante unos minutos y retírala.
- Para la fritura es posible usar aceite de oliva en lugar de aceite de girasol, aunque yo prefiero este último ya que su sabor es más neutro.
- Para guardar las rosquillas mételas en un recipiente bien cerrado y libre de olores. Te aguantarán en perfectas condiciones varios días. Eso sí, debes esperar a que estén completamente frías antes de guardarlas.
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