Con tan solo 4 ingredientes puedes preparar un postre cremoso, con un intenso sabor a cacao y sin azúcar añadido. ¿No te lo crees? Apúntate esta receta de panna cotta de chocolate sin azúcar. Además de quedar deliciosa, es muy fácil de hacer.
Un delicioso postre de chocolate sin azúcar
Cuando quiero preparar un dulce rico, pero sencillo, suelo acudir a este tipo de postres de cuchara. Uno de mis favoritos es la panna cotta, que se prepara en un momento y lleva poquitos ingredientes. Solo hay que tener un poco de paciencia para que cuaje en la nevera. Después, ya podemos disfrutar de su sabor y cremosidad.
La receta básica de la panna cotta se elabora con nata, azúcar y gelatina. A partir de aquí es posible jugar con los ingredientes para buscar otros sabores y texturas. Yo he querido hacer una versión chocolateada de este famoso postre italiano, para lo que he usado un chocolate negro con el 79 % de cacao sin azúcar. Un chocolate que, además, es de producción ecológica.
El resultado es una panna cotta de consistencia cremosa y con un intenso sabor a chocolate de verdad. Por otro lado, al tratarse de un cacao sin azúcares añadidos, conseguimos un postre apto para aquellas personas que no quieran o no puedan tomar este ingrediente.
Para añadir un poco más de dulzor al postre he usado eritritol, un edulcorante que cada vez se encuentra con mayor facilidad en las tiendas. En su defecto puedes sustituirlo por el endulzante que prefieras, el que tengas en casa. No dejes de preparar ese delicioso postre de chocolate sin azúcar por esa razón.
Dicho todo, vamos a ver la preparación de la receta paso a paso.
Ingredientes para hacer panna cotta. Cantidades para 3 unidades
- 100 g de chocolate sin azúcar de chocolates Torras
- 330 g de nata para montar (con el 35 % de materia grasa)
- 65 g de eritritol (u otro endulzante)
- 3 hojas de gelatina
Cómo hacer panna cotta con chocolate negro sin azúcar
- Pon a remojar las hojas de gelatina en agua fría. Tenlas ahí hasta que se ablanden por completo. Es importante que sea fría, pues si la pones caliente se fundirán y quedarán inservibles.
- Por otro lado, pon a calentar la nata en un cazo. Justo cuando rompa a hervir, apaga el fuego.
- Añade el endulzante que hayas elegido y el chocolate sin azúcar cortado en trozos. Remueve con unas varillas para que el chocolate se funda y se integre con la nata.
- Añade las hojas de gelatina bien escurridas y vuelve a remover para que se deshagan con el calor del cazo.
- Vierte la crema en unas flaneras, en unos moldes de silicona, en unos vasitos… En el recipiente que prefieras. Hazlo a través de un colador para eliminar los posibles grumos que pudiera tener la mezcla. Cubre cada flanera con un poco de papel film para evitar que la superficie se reseque.
- Refrigera tus panna cotta de chocolate sin azúcar durante al menos 3 horas para que cuajen.
- Pasado este tiempo, desmolda las panna cotta. Puedes introducir los moldes unos segundos en agua tibia para que se suelten. También puedes deslizar un cuchillo pegado al borde del molde. Seguidamente, coloca un plato encima y voltéalas. Dales un golpecito seco en la base y ya verás como salen fácilmente.
Consejos para hacer panna cotta de chocolate sin azúcar
Los postres con gelatina son fáciles de hacer, pero hay que tener algunas precauciones en el manejo de este ingrediente. La gelatina nunca debe hervir ni calentarse en exceso, pues pierde parte de su poder gelificante. Asegúrate de que la nata no está demasiado caliente cuando incorporas la gelatina. Con el calor remanente que conserva es suficiente, no es necesario que vuelvas a encender el fuego.
Este postre de chocolate es perfecto para tomar solo, pero también queda muy rico acompañado de unos frutos rojos, de nata montada, de helado de vainilla… Comprueba que estas elaboraciones tampoco lleven azúcar añadida.
Puedes preparar de un día para otro tus panna cotta de chocolate sin azúcar. Además, como son postres individuales, puedes sacarlos de uno en uno, según te convenga.
La nata es lo mismo que la crema para batir o crema de leche. En esta receta usamos una nata para montar, que es aquella que tiene un 35 % de material grasa como mínimo. Así logramos esa cremosidad característica del postre. Si quisieras un postre más ligero, podrías sustituir la mitad de la nata por leche, pero la textura quedaría un poco menos suave.