Estas croquetas de queso y jamón serrano quedan crujientes, cremosas y muy sabrosas. Son una pequeña delicia elaborada con dos de los ingredientes más representativos de nuestra gastronomía. Te sorprenderán por su textura fundente y su riquísimo sabor a queso. ¿Te apetece una?
El queso curado es, sin duda, el protagonista de estas croquetas. Como suele ocurrir en las preparaciones sencillas, el éxito de la receta dependerá en buena medida de la variedad de queso que escojamos y de su calidad. Yo he usado uno de los estupendos quesos curados de Quesería La Antigua de Fuentesaúco, perfecto para aportarle bien de sabor y cremosidad a estas croquetas.
Por otro lado, los tropezones de jamón serrano que nos encontramos en el interior de la croqueta hacen que su textura sea un poco más divertida en cada bocado. Y no te preocupes, no es necesario que sea un ibérico de bellota. Cualquier jamón serrano que tengas servirá, pues el sabor que predomina en la croqueta es el del queso.
Estas croquetas de queso y jamón serrano son perfectas para servir como aperitivo, como entrante, para que cene toda la familia… Se pueden tomar en cualquier ocasión, en definitiva. Eso sí, te recomiendo consumirlas en el momento de hacerlas, cuando el queso del interior está ligeramente derretido y el exterior bien crujiente.
Se me está haciendo la boca agua solo de contártelo, así que voy a explicarte cómo hacer croquetas de queso y jamón serrano paso a paso para que tú también puedas disfrutarlas en casa.
Ingredientes para hacer croquetas de queso curado y jamón. Cantidades para 30 unidades aproximadamente
- — PARA LA MASA DE LAS CROQUETAS —
- 500 ml de leche entera
- 150 g de queso curado
- 80 g de harina
- 80 g de mantequilla
- 70 g de jamón serrano picado
- 1 cebolla
- pimienta
- sal
- aceite de oliva
- — PARA FREÍR —
- harina
- pan rallado
- 2 huevos
- aceite de oliva (también puedes usar de girasol)
Cómo hacer croquetas de queso y jamón serrano
Prepara la bechamel de la croquetas
- Ralla el queso curado y resérvalo. Yo usé la parte más fina de mi rallador para dejarlo con una textura tipo polvo.
- Corta la cebolla en brunoise, es decir, en cubitos pequeños. Es importante hacerlos bien menuditos para que la textura de la masa de las croquetas quede fina y agradable.
- Vierte un chorro de aceite de oliva en una sartén y pocha la cebolla a fuego lento sin dejar que se queme. Echa un pelín de sal para ayudarle a que sude. La cebolla tiene que hacerse poco a poco hasta casi caramelizarse. A mí me tardó unos 25 minutos en llegar a este punto.
- A continuación echa la mantequilla y deja que se derrita. Seguidamente, añade la harina y cocínala durante 3 o 4 minutos a fuego medio, hasta que empiece a tomar un poco de color.
- Baja el fuego al mínimo. Ahora añade la leche poco a poco y ve removiendo constantemente con unas varillas. Este es el truco para que nos quede una bechamel de textura fina. Si viertes la leche de golpe le costará mucho disolverse con la harina y se formarán grumos.
- Cuando tengas la bechamel lista, añade el queso rallado, el jamón serrano bien picadito y la pizca de pimienta. Mézclalo todo con la sartén a fuego bajo para que el queso se funda y se integre totalmente. Corrige de sal si fuera necesario.
- Vierte la bechamel en un recipiente y cúbrelo con papel film a piel, es decir, en contacto con la superficie del alimento. De esta manera no se hará costra. Deja la masa de las croquetas de queso y jamón reposar en la nevera hasta que esté firme. Lo ideal es prepararla de un día para otro.
Empana y fríe las croquetas de queso y jamón
Para que las croquetas no se revienten al freírlas es importante que la fritura sea rápida y con aceite muy caliente. Además, hacer una capa de empanado sea consistente también ayuda a que no se nos rompan. Estos son los pasos que debes seguir para freírlas.
- Prepara tres platos con los ingredientes del empanado. Uno con harina, otro con 2 huevos batidos y otro con pan rallado.
- Saca la masa del frigorífico y ve cogiendo porciones con ayuda de una cuchara. Rebózalas en harina y dales forma redonda.
- Báñalas en el huevo y, después, pásalas por el pan rallado hasta que estén totalmente cubiertas. Repite 2 veces este paso. Es decir, cada croqueta se quedará con 1 capa de harina, 2 de huevo y 2 de pan rallado.
- Cuando tengas listas todas las croquetas, fríelas en abundante aceite caliente. Sumérgelas en el aceite durante unos segundos solamente, hasta que se queden doraditas por fuera. Si las tienes más tiempo de la cuenta se pueden romper y el interior, al ser tan cremoso, se saldrá. Yo prefiero usar aceite de oliva, ya que a altas temperaturas se degrada menos que otros aceites vegetales
- Coloca tus croquetas de queso y jamón sobre un papel de cocina que absorba el aceite sobrante y ¡listas para comer!
Consejos para hacer croquetas de queso y jamón
- Como te contaba más arriba, el truco para que la bechamel te quede sin grumos consisten en mezclar la leche poco a poco. No hay más misterio. Agrégala en pequeñas cantidades y mézclala bien con las varillas hasta que esté integrada con la harina y no añadas más hasta que se haya absorbido todo el líquido.
- Por cierto, si haces la bechamel sobre una sartén antiadherente, como era mi caso, evita usar utensilios metálicos que puedan rayarla. Yo empleé unas varillas de silicona.
- Ten cuidado con el punto de sal, pues tanto el queso como el jamón aportan mucho sabor. Durante el pochado de la cebolla añade solo un pelín y no compruebes el gusto definitivo hasta que no estén incorporados todos los ingredientes.
- Aunque lo ideal es que el rebozado de las croquetas sea finito, en esta receta es necesario que sea un poco más grueso. Esto impedirá que el queso se funda cuando entre en contacto con el aceite caliente y se salga del interior de la croqueta.
- Fríe las croquetas en aceite muy caliente y solo durante el tiempo necesario para que se doren.
- Como ocurre con todos los fritos, si los dejamos de un día para otro se reblandecen y pierden el crujiente. Te recomiendo freír las croquetas que vayas a consumir y congelar el resto.
Variaciones para hacer croquetas de jamón y queso curado
- Si en lugar de queso curado o viejo usas uno más cremoso, te recomiendo reducir la cantidad de queso, pues la masa de las croquetas podría quedar demasiado blanda y te constaría darle forma.
- No obstante, un truco para bolear una masa de croquetas cuando está muy blanda es meterla un ratito en el congelador. Así se endurecerá y te será más fácil.
- Mis croquetas de queso curado son redondas porque me apetecía hacerlas así, pero puedes darle la forma alargada de toda la vida.
- ¿Quieres que el exterior de las croquetas sea aún más crujiente? En ese caso utiliza panko, un pan rallado de origen japonés con el que quedan supercrujientes.
Spiderman37 dice
Qué pintaza tienen las croquetas!!! Redondas quedan más bonitas, la verdad
Código Cocina dice
Muchas gracias. Hice las croquetas redondas por variar, pero les puedes dar forma alargada si quieres.