Galletas de leche condensada y chocolate

¿Quieres preparar un dulce sencillo, rápido y que no lleve muchos ingredientes? Esta receta de galletas de leche condensada y chocolate es lo que estás buscando. Son perfectas para tomar entre horas o para acompañar una taza de café o té.

Receta de galletas de leche condensada y chocolate

Están a medio camino entre una galleta, una pasta y una cookie y son deliciosas. Estas galletitas quedan ligeramente blandas en el centro, mientras que su exterior es crujiente. Al igual que las cookies americanas clásicas, la masa lleva unas pepitas de chocolate que hace que tanto el sabor como la textura sean mucho más agradables.

Siempre dicen que la repostería es complicada. Sin embargo, este no es el caso. Preparar unas galletas de leche condensada y chocolate como estas no puede ser más sencillo. Solo tienes que mezclar los ingredientes, formar bolitas con las manos y hornearlas. No necesitas cortapastas ni ningún tipo de utensilio sofisticado. Así de fácil.

Si te gustan este tipo de galletas, date una vuelta por el blog, porque tengo varias recetas parecidas. Hace tiempo publiqué unas galletas de albaricoque y almendra que tienen una textura similar, pero con un sabor más afrutado. Si eres muy goloso, te recomiendo mi receta de cookies de chocolate. Y si te gustan las galletas de textura blandita y abizcochada, no dejes de echar un ojo a mis galletas de plátano con chips de chocolate.

NOTAS:

• Las galletas llevan harina de trigo común, la de todo uso. A este tipo de harina también se le llama 0000.
• Cuando hablo de levadura me refiero a los polvos Royal, no a la levadura de panadería. También se la conoce como polvos de hornear.
• Todos los ingredientes deberán estar a temperatura ambiente. Esto evitará que la masa se corte.

Cómo hacer cookies de leche condensada y chocolate

1. En un recipiente grande, mezcla la mantequilla con la leche condensada. Puedes hacerlo con un tenedor o con unas varillas de mano, simplemente. Para que ambos ingredientes se mezclen bien, la mantequilla tiene que estar atemperada y con una textura pomada, es decir, blandita, pero no derretida.
2. Agrega el huevo. Bate otro poco hasta que se integre.
3. Incorpora la harina tamizada y la levadura. Mezcla con un tenedor o con una espátula, no con varillas, pues la masa se volverá mucho más densa.
4. Añade las pepitas de chocolate y vuelve a mezclar. Evita trabajar la masa en exceso.
5. Envuelve la masa con film y guárdala en la nevera durante 1 hora. Durante este tiempo la masa tomará consistencia.
6. Pasado el tiempo de reposo, toma porciones de masa del tamaño de una nuez, más o menos, y forma bolitas con las manos y aplástalas un poco. Colócalas en la bandeja del horno, la cual habrás cubierto con una hoja de papel para hornear.
7. Hornea a 180° durante 15 minutos más o menos o hasta que la superficie esté ligeramente dorada.
8. Saca del horno tus galletas de leche condensada con chocolate y déjalas enfriar completamente sobre una rejilla.

Consejos para hacer pastas de chocolate y leche condensada

El tiempo de horno que te indico es orientativo. Dependiendo del tamaño de las bolitas tardarás más o menos tiempo en tenerlas listas. No dejes que se tuesten mucho, pues quedarán demasiado duras.

La forma de la galleta depende de cuánto aplastes las bolitas de masa. Si quieres unas galletas gorditas, como las mías, no espachurres mucho las bolitas, déjalas casi redondas. Si, por el contrario, te gustan las galletas más finas, tipo cookie, aplástalas más.

Una vez saques las galletas del horno, llévalas rápidamente a una rejilla para que se enfríen. Si las dejas en la propia bandeja, se seguirán cocinando por la base.

De manera opcional y, una vez que se hayan enfriado por completo, puedes espolvorearlas con un poco de azúcar glas para decorarlas.

¿Cuánto duran las galletas de leche condensada y chocolate una vez preparadas?

Conserva tus galletas en recipiente cerrado y a temperatura ambiente. Al ser una masa seca, no un bizcocho, te pueden durar en buenas condiciones hasta 1 semana. No las dejes más tiempo pues, aunque no se pondrán malas, sí perderán su textura crujiente. Antes de guardarlas, asegúrate de que están completamente frías.